jueves, 30 de agosto de 2012

Capítulo 5

-¿Quiénes soys?
-Somos los Tres Sabios, y estamos aquí para ayudarte. Bueno, a ayudarte para que nos ayudes.
-¿Lo de la bruja? Yo no pienso matar a la bruja que os condenó.
-Obvio que no vas a matar a la bruja, vas a matar a su tataratataratataranieta.
-¿¡Qué!? ¿Y yo que experiencia tengo para matar? ¿Y licencia? ¿Quién os creeis que soy? ¿La agente 007?
-Tranquila, que no lo harás sola, te ayudará en todo lo que pueda Casto. Creo que ya lo conoces.- Casto... Por un momento había olvidado su nombre, su pelo, sus ojos, su sonrisa... ¿Pero que estaba diciendo? Aunque... antes de desmayarme habia leído en sus ojos miedo... ¿Por qué? ¿Porque se caía? ¿O por el rayo de luz que había salido de mis manos? Pero trabajar con Casto iba a ser muy duro... Creo que había empezado a sentir algo por él... Pero nunca lograría tenerlo... Tengo que borrarlo, tengo que borrarlo...
-Hola Valeria.-Casto. Vaya, resulta que tiene los ojos grises... ¡Para esos pensamientos!
-Hola Casto.
-Entonces mañana empezamos el entrenamiento.
-¿De qué?
-¿Aparte de volar? De controlar tu... poder, defensa personal...
-Perdona, pero yo me voy a mi casita, a charlar con mis amigas, a irme del maldito campo y a comprar tranquilamente mientras ligo un rato, así que no me vengas con esas.-cuanto más dura sea con él, menos le querré.
-No no, tú te vas a quedar aquí. Si progresas adecuadamente con tus ejercicios, tal vez puedas ir algún fin de semana con tus amigas.
-¿Pero quién te crees te eres? ¿Mi padre? ¿Mi profesor? ¡Anda, déjame de una vez en paz y deja de amargarme la vida! ¡Dejar a mis amiga dice!-y dicho esto, me fui a la cabaña.


La vi irse enfadada. Pero a mi también me había cabreado. Bueno, había puesto la excusa de los ejercicios, que también tenía su parte de verdad, pero de repente me había puesto celoso por lo que dijo de ligar con los chicos, y eso me había podido. Me miré al espejo. Mierda, me volvía a sentir confuso. Tenía los ojos grises con motas verdes. Nunca había tenido los ojos verdes, y sabía lo que significaba. Se lo veía a mi padre todos los días cuando veía a mi madre. Era amor. Bueno, para explicar: mis ojos cambian de color. Azules cuando estoy feliz, grises cuando me enfado, negros cuando estoy borrando la mente, y amarillos cuando me convierto en un majestuoso y fantástico halcón.

1 comentario:

  1. Esta muy bien y bien trabajado, sigue subiendo capítulos por favor es que me he enganchado...
    Suerte!!

    ResponderEliminar